REVISTA VÍA SALUD Nº10 1999

La Ley 100 cambió las reglas de juego y las interacciones entre los actores del sistema. Con cambios o sin ellos, la vida continúa y atender las necesidades de salud de la población es un ejercicio cotidiano en el cual participan todos en el sector. Prestar el servicio de salud convoca y aglutina, pero discutir sobre este servicio divide y polariza. Atacar o defender la reforma se ha convertido en un ejercicio ideológico. ¿De dónde surge tanta polarización entre quienes defienden el camino recorrido con la ley 100 y quienes quieren dar un viraje? ¿Y cómo suplir la falta de liderazgo? En este texto quiero plantear una hipótesis sobre el estado del sector para que cada lector, ya que hace parte del sistema, la investigue en su cotidianidad. La hipótesis sugiere que los problemas humanos en nuestro sistema de salud han sido abordados desde el intelecto, con ejercicios cerebrales, calculadores y analíticos. Este abordaje puede ser el apropiado para resolver problemas técnicos, pero profundiza la incomunicación humana, genera desconfianza y polariza a quienes podrían trabajar unidos.

Después de la implementación de la Ley 100/93, el sector salud se ha acostumbrado a un permanente estado de discusión y enfrentamiento, en el que cada una de las partes involucradas ha luchado por mejorar las condiciones particulares de su gremio o grupo. En el pasado número de la revista se observó cómo al analizar las múltiples posiciones y propuestas de los diferentes interesados, faltan aquellas motivadas por una óptica sistémica que traten de preservar y fortalecer los principios de universalidad, solidaridad y eficiencia; en cambio sobraban las posiciones puntuales y parcializadas. Para este número la revista tomó la decisión de hablar de la importancia de generar una actitud de confianza, como eje del desarrollo de nuevas estrategias para solucionar los problemas actuales y dedicó su artículo principal a abordar el tema de una manera sopesada y amplia.

Entender la práctica clínica actual implica involucrarse en una serie de procesos implícitos y explícitos al acto médico; procedimientos implícitos en el acto médico como la interrelación con el paciente, el proceso de identificar sus necesidades y problemas para alcanzar el diagnóstico correcto, elegir el tratamiento o enfoque que intente producir el mayor beneficio con el menor riesgo, y brindar acompañamiento y soporte para la resolución de la situación, entre otros. Adicionalmente, en la nueva coyuntura el médico debe involucrarse con fenómenos explícitos al acto médico como las políticas institucionales, el sistema de seguridad social en salud, la manera de optimizar el gasto médico sin arriesgar la calidad en la prestación de servicios, entre otros. En este mar de elementos el profesional de la salud tiene el imperativo ético de intentar brindar la mejor calidad de atención, manteniéndose actualizado y ejecutando las mejores prácticas a la luz de los conocimientos existentes. La literatura médica publica cerca de 2’000.000 de artículos al año en más de 20.000 revistas (1). Ante tal abundancia de información y la limitación de tiempo de estudio ¿cómo seleccionar la información digna de ser evaluada?, ¿cómo decidir si la información debe modificar la práctica clínica individual para optimizarla?, y ¿cómo aprovechar al máximo la información útil?

En este número hemos querido presentar una transcripción del componente de salud del PLAN NACIONAL DE DESARROLLO, aprobado por el Congreso de la República y sancionado por la Presidencia. Analizaremos el texto brevemente con el fin de hacer explícitas las estrategias de corto y mediano plazo que tiene previstas el Gobierno para con el sector. Es importante mencionar la preocupación generada por la debilidad y falta de contundencia del documento, en la medida en que no muestra el camino que debe seguir el sector salud para desarrollarse y lograr la total implementación del sistema propuesto por la Ley 100/93. En la realidad no parece un derrotero sino una mezcla de elementos que podrían poner freno a la evolución de la reforma. También es preocupante la constante indefinición del documento, particularmente en ciertos puntos esenciales para el país, que son tratados superficialmente o de manera ambigua; el plan parece más bien una agrupación de puntos y tópicos desarticulados que responden al proceso de negociación sufrido por el documento mismo. Para hacer síntesis de las directrices del documento se presentarán tres recuadros en los cuales se resaltan puntos positivos y negativos, así como algunos que generan incertidumbre.

Motivados por encontrar soluciones a la crisis por la que atraviesa el sector, VíaSALUD quiso en esta oportunidad mostrar la experiencia de una IPS pequeña y de reciente creación. En ella se han logrado importantes resultados en cobertura de atención, reducción de costos y satisfacción de los usuarios gracias a las transformaciones al modelo de atención. El documento conjuga las declaraciones del Director de la IPS EXISTIR, Dr. Iván Yunis, con una secuencia descriptiva de la experiencia.